Aliento en medio del desánimo y la indiferencia
![Image](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgdZ6DdLumG2ai8b1T4m4WHTZDW-fI17VBtyHK7qGBW6lEPPfTJrkcs5G1y1nf3td20g6Q6rPkA2xUTxpUdZy9dfHIL9eAjh4uDs049y1PpOLJuuEbKZ3rjXHWGfCJ-SL9jEbzygPruV4g/s640/butterfly-4884620_960_720.webp)
En los años que llevo trabajando como consejera he podido identificar dos estados emocionales recurrentes en la mayoría de los consultantes con los que he trabajado. El desánimo y la indiferencia . El desánimo nos puede llevar a la inactividad, aislamiento, tristeza, agotamiento físico y pérdida de expectativas y metas. La indiferencia por su parte, se manifiesta como resultado de este desánimo. Llegamos a un punto en donde el desánimo es tal que la indiferencia parece ser un antídoto para aliviar y justificar ese desánimo. Cuando el desánimo y la indiferencia hacen su entrada a nuestra mente y corazón, corremos el riesgo de perder la perspectiva y nuestro enfoque, llevándonos a abandonar nuestras responsabilidades con Dios, con nuestro prójimo y con uno mismo. ¿Cómo podemos salir de este estado? Hay un ejercicio muy sencillo que nos ayudará a re-enfocarnos. No olvidemos que nuestro cerebro es un órgano maravilloso que Dios creó. Algunas de sus tantas habilidades son la capac